Introducción.
Éste es el
primero de los siete capítulos que mostrará cuánto de importante es llevar un
orden en nuestros entrenamientos. Ya sea a modo de iniciación en una actividad
física o deportiva, o incluso readaptación de un individuo a un sistema de
entrenamiento específico, debemos tener en cuenta una serie de patrones,
generales y específicos, que son la base de la planificación del entrenamiento.
Al tratar
el tema del entrenamiento, se nos presentan numerosos aspectos que nos sugieren
pautas “para hacer y no hacer”. Sin embargo, de una forma u otra, casi todo
viene a resumirse en siete principios básicos del entrenamiento. Estos
principios deben estar presentes cuando diseñamos y aplicamos un programa de entrenamiento.
¿Qué es programar o planificar?
El objetivo del entrenamiento consiste en saber
conducir, dirigir a un sujeto, de cualquier nivel, a mejorar su rendimiento.
Preparar a un deportista y entrenarlo es diferente; por eso se usa el término
Formación del Deportista, el cuál abarca la preparación, el entrenamiento y la
planificación del deportista.
Programar
es el proceso mediante el cual el entrenador personal busca y determina
alternativas y vías de acción que con mayor probabilidad puedan concluir al
éxito. (Sánchez Bañuelos, 1994). Planificar es prever para el futuro; son pautas de intervención flexibles que
permiten conseguir el resultado final.
Uno
de los objetivos de todo Entrenador Personal o Planificador Deportivo debería
ser “ayudar a su cliente a desarrollar un programa en función de sus
necesidades, respetando en todo momento las leyes que rigen los principios del
entrenamiento deportivo. Sin una planificación no se sabe hacia dónde se dirige
uno y, por tanto, se puede acabar donde no le gustaría encontrarse. Hay que
pensar que con una programación, a la larga, se ahorra tiempo, y le da mucha
más credibilidad al entrenador.
La
herramienta más importante del entrenador personal es el programa o la
planificación, que debería estar bien organizado y estructurado (Ver,
CUADRO_01).
En el entrenamiento “nada pasa por casualidad”, y por eso es necesario el estudio sistemático, la organización y la estructuración de todos los componentes que forman el programa.
¿Cuánto tiempo debemos planificar?
Todo programa tiene un inicio y un fin. Un programa
o planificación no dura eternamente, ya que existen ciertas variables
“incontrolables” sujetas al estilo de vida del deportista o a la incertidumbre
de posibles lesiones, enfermedades, etc. Debemos marcar pequeños períodos de
entrenamiento con objetivos al final de cada uno que la suma de todos ellos
coincida con los objetivos deseados al final de un ciclo de entrenamiento.
Los Principios.
El entrenador o Planificador debe seguir unos
principios del entrenamiento deportivo, básicos para cualquier elaboración de
programa, en cualquiera de las modalidades deportivas y en cualquiera de las
actividades físicas relacionadas con la edad, fisiología, anatomía y objetivos
del cliente.
1.- Principio de
Individualización o Unidad Funcional.
El organismo es como un todo, un sistema complejo
en el que actúan sobre él varios subsistemas. Cualquier cosa que hagamos en el
organismo, va a repercutir (según la carga utilizada) mejorando o empeorando
otras cualidades. Cada uno de los órganos y sistemas están interrelacionados
con el otro, hasta el punto de que el fallo de uno de ellos hace imposible la
continuidad en el entrenamiento. Hay que tener presente que al aplicar un carga
concreta puede estar incidiendo positivamente en una cualidad, pero que al
mismo tiempo puede estar perjudicando a otra. (Cuadro_29)
Las personas responden de modo distinto a un mismo entrenamiento, y
ello por distintas razones. Entre ellas se encuentran las diferencias
hereditarias, el nivel de madurez, el descanso y el sueño, el grado de
condición física, el entorno, las enfermedades, las lesiones y la motivación.
Esto explica el hecho de las diferentes reacciones del sistema motor y de otros
órganos a las mismas cargas de entrenamiento, no sólo en diferentes
deportistas, sino incluso en el mismo deportista en diferentes períodos.
A partir de esta premisa hay que tener en cuenta que con un mismo
entrenamiento pueden existir respuestas diferentes y que cada persona necesita
su PROGRAMA PERSONALIZADO en función de sus características. Hay que considerar
que si la eficacia funcional en cada sujeto es distinta, la aplicación de los
esfuerzos en el entrenamiento requiere una estricta individualización de los
medios a emplear.
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