No hay un plan o programa de
entrenamiento adaptable a todos. Cada programa debe adaptarse a las costumbres,
los gustos, necesidades, aptitudes y metas de quien particularmente los usa a
fin de obtener máximos beneficios.
Siempre lo más importante a considerar deberán ser
dos premisas:
-como el individuo responde
al entrenamiento;
-si el atleta soporta la
carga física del entrenamiento sin esfuerzo excesivo o si el cuerpo pierde
lentamente su capacidad para adaptarse.
Por tanto el entrenamiento será siempre un problema
individual y no se debe seguir rigurosamente un programa fijo. Seguir
ciegamente cualquier programa escrito es una imprudencia, pues el entrenamiento
deberá ser cortado a medida para que se adecue al individuo a fin de obtener
los mejores resultados. Los entrenadores y sus creaciones documentadas en
papeles deberán ser siempre flexibles a fin de tener en cuenta la situación
personal del individuo.
En los capítulos
anteriores nos hemos centrado en la correcta aplicación de la carga desde
diferentes niveles, en este, lo abordamos desde la perspectiva psico-social del
deportista; sabiendo actuar y aplicar en concordancia con las experiencias que
el sujeto está viviendo en ese momento.
16.- Principio de la
Formación Integral del Deportista.
Para soportar
el entrenamiento es necesario ejercitar la voluntad. Si no hay voluntad o
predisposición para hacer las cosas, hay cierto rechazo a la actividad. Si la
actitud es positiva, se predispone mejor al organismo a realizar el esfuerzo
(motivación).
Éste principio,
de base pedagógica, es considerado como pilar fundamental para la correcta
ejecución de los ejercicios, cargas, entrenamientos y sesiones en general. R. Burke considera que las mejoras a través de la
actividad física son más específicas cuando el deportista se estimula
voluntariamente. Ozolin
(1970) y Harre (1973) hablan del principio de lo consciente. Bompa (2007) hace referencia
al principio
de la participación activa y destaca tres factores de este principio:
·
OBJETIVOS Y FINALIDAD.
·
CREATIVIDAD DEL DEPORTISTA.
·
LA ACTITUD PARA ENFRENTARSE AL ENTRENAMIENTO.
Contando con
estos tres factores, para un óptimo desarrollo deportivo será necesario que el
deportista sepa qué tareas
realiza, por y para qué, y cómo las
está ejecutando para que pueda entender (tener plena consciencia) el trabajo
que está haciendo. Además es necesario que adopte un papel proactivo, con interés y predisposición
por el aprendizaje.
Es por ello, que la figura del entrenador no es sólo la de la persona que
dice lo que se debe hacer y cómo, para que haya una mejora sustancial en el
sujeto; también debe ser la figura que eduque, enseñe y explique el porqué de las
cosas y el cómo para una persona la aplicación de la carga es diferente al del
resto.
17.- Principio de la
Secuencialidad.
Este
principio, también pedagógico, nos demuestra que una sucesión correcta y
continuada de cargas, acorde al estado anímico del deportista, revierten en una
mejora exponencial del rendimiento.
Si lo
extrapolamos al desarrollo motor infantil, podríamos
decir que las funciones psicomotoras se adquieren de forma secuencial y
continuada; por ejemplo un niño empieza a andar porque adquiere suficiente tono
muscular para mantenerse de pie, pero también porque está descubriendo y ve que
ha conseguido pequeños objetivos no propuestos. En el mundo deportivo, sobre
todo en iniciación deportiva (a cualquier edad) podemos obtener mejores resultados
de nuestros deportistas en períodos de consecución de objetivos a corto plazo.
El
ejemplo claro lo tenemos en un deportista de unos 45 años que ha comenzado a
correr, y que en muy pocos meses mejora bastante, además decimos de él que está
“enganchado” al running, porque nos habla de sus logros y metas. Esto se debe a
una actitud positiva y receptiva de las cargas y los objetivos conseguidos.
Esto, es causa fundamental de una serie de cargas consecutivas bien aplicadas,
donde el entrenador comienza de manera progresiva a subir las intensidades de
las sesiones, intentando convencer al deportista que esos logros han sido fruto
de su trabajo.
En todos estos capítulos, hemos descubierto una serie
de protocolos de actuación a la hora de diseñar una planificación deportiva. Personalizar,
aplicar, diferenciar, escuchar, motivar… son una serie de adjetivos hemos visto
repetidos en todos y cada uno de los principios.
Sin embargo, debemos tener claro que todo esto no se
llevará a cabo sin SENTIDO COMÚN, éste es el pilar fundamental sobre el que se
asientan todos los principios. Ya que podemos tener una teoría muy argumentada
como es el caso, pero si no tenemos sentido común, no sabremos aplicarlas
correctamente en los momentos oportunos.
Como nota final a esta serie de 7 capítulos, me
gustaría incluir una frase que les repito a nuestros deportistas desde 4Fit –
Servicios y Asesoramiento Deportivo; “Todo cabe en el papel y nosotros tenemos
las herramientas para poder ayudarte, pero al final, quien realmente consigue
los objetivos eres tú y tu constancia.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.