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miércoles, 3 de junio de 2015

LOS PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO (7/7)

No hay un plan o programa de entrenamiento adaptable a todos. Cada programa debe adaptarse a las costumbres, los gustos, necesidades, aptitudes y metas de quien particularmente los usa a fin de obtener máximos beneficios.

                  Siempre lo más importante a considerar deberán ser dos premisas:

-como el individuo responde al entrenamiento;
-si el atleta soporta la carga física del entrenamiento sin esfuerzo excesivo o si el cuerpo pierde lentamente su capacidad para adaptarse.

                  Por tanto el entrenamiento será siempre un problema individual y no se debe seguir rigurosamente un programa fijo. Seguir ciegamente cualquier programa escrito es una imprudencia, pues el entrenamiento deberá ser cortado a medida para que se adecue al individuo a fin de obtener los mejores resultados. Los entrenadores y sus creaciones documentadas en papeles deberán ser siempre flexibles a fin de tener en cuenta la situación personal del individuo.

"Es el atleta el que está haciendo el trabajo no el entrenador".

                  En los capítulos anteriores nos hemos centrado en la correcta aplicación de la carga desde diferentes niveles, en este, lo abordamos desde la perspectiva psico-social del deportista; sabiendo actuar y aplicar en concordancia con las experiencias que el sujeto está viviendo en ese momento.

16.- Principio de la Formación Integral del Deportista.
Para soportar el entrenamiento es necesario ejercitar la voluntad. Si no hay voluntad o predisposición para hacer las cosas, hay cierto rechazo a la actividad. Si la actitud es positiva, se predispone mejor al organismo a realizar el esfuerzo (motivación).

Éste principio, de base pedagógica, es considerado como pilar fundamental para la correcta ejecución de los ejercicios, cargas, entrenamientos y sesiones en general. R. Burke considera que las mejoras a través de la actividad física son más específicas cuando el deportista se estimula voluntariamente. Ozolin (1970) y Harre (1973) hablan del principio de lo consciente. Bompa (2007) hace referencia al principio de la participación activa y destaca tres factores de este principio:

·       OBJETIVOS Y FINALIDAD.
·       CREATIVIDAD DEL DEPORTISTA.
·       LA ACTITUD PARA ENFRENTARSE AL ENTRENAMIENTO.

Contando con estos tres factores, para un óptimo desarrollo deportivo será necesario que el deportista sepa qué tareas realiza, por y para qué, y cómo las está ejecutando para que pueda entender (tener plena consciencia) el trabajo que está haciendo. Además es necesario que adopte un papel proactivo, con interés y predisposición por el aprendizaje.

Es por ello, que la figura del entrenador no es sólo la de la persona que dice lo que se debe hacer y cómo, para que haya una mejora sustancial en el sujeto; también debe ser la figura que eduque, enseñe y explique el porqué de las cosas y el cómo para una persona la aplicación de la carga es diferente al del resto.



17.- Principio de la Secuencialidad.
Este principio, también pedagógico, nos demuestra que una sucesión correcta y continuada de cargas, acorde al estado anímico del deportista, revierten en una mejora exponencial del rendimiento.

Si lo extrapolamos al desarrollo motor infantil, podríamos decir que las funciones psicomotoras se adquieren de forma secuencial y continuada; por ejemplo un niño empieza a andar porque adquiere suficiente tono muscular para mantenerse de pie, pero también porque está descubriendo y ve que ha conseguido pequeños objetivos no propuestos. En el mundo deportivo, sobre todo en iniciación deportiva (a cualquier edad) podemos obtener mejores resultados de nuestros deportistas en períodos de consecución de objetivos a corto plazo.

El ejemplo claro lo tenemos en un deportista de unos 45 años que ha comenzado a correr, y que en muy pocos meses mejora bastante, además decimos de él que está “enganchado” al running, porque nos habla de sus logros y metas. Esto se debe a una actitud positiva y receptiva de las cargas y los objetivos conseguidos. Esto, es causa fundamental de una serie de cargas consecutivas bien aplicadas, donde el entrenador comienza de manera progresiva a subir las intensidades de las sesiones, intentando convencer al deportista que esos logros han sido fruto de su trabajo.


En todos estos capítulos, hemos descubierto una serie de protocolos de actuación a la hora de diseñar una planificación deportiva. Personalizar, aplicar, diferenciar, escuchar, motivar… son una serie de adjetivos hemos visto repetidos en todos y cada uno de los principios.

Sin embargo, debemos tener claro que todo esto no se llevará a cabo sin SENTIDO COMÚN, éste es el pilar fundamental sobre el que se asientan todos los principios. Ya que podemos tener una teoría muy argumentada como es el caso, pero si no tenemos sentido común, no sabremos aplicarlas correctamente en los momentos oportunos.


Como nota final a esta serie de 7 capítulos, me gustaría incluir una frase que les repito a nuestros deportistas desde 4Fit – Servicios y Asesoramiento Deportivo; “Todo cabe en el papel y nosotros tenemos las herramientas para poder ayudarte, pero al final, quien realmente consigue los objetivos eres tú y tu constancia.”

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