En éste capítulo de los
principios del entrenamiento deportivo, nos centraremos en la aplicación de
carga y su influencia en el deportista desde el punto de vista de iniciación.
Es decir, cómo se mejora, cuánto se mejora, o cómo decrece el estado de forma.
La planificación es una parte
esencial de cualquier actividad exitosa. El entrenamiento no es excepción; si usted y los participantes en su programa
quieren lograr las metas que se han fijado, necesitan saber a dónde van y qué
tienen que hacer para llegar ahí.
La planificación no es
complicada. Más bien, es simple establecimiento de prioridades y el decir cómo
y cuándo tomarlas en cuenta.
4.- Principio del Potencial
de Entrenamiento.
Existe una
“leyenda urbana” o error común en la planificación deportiva cuando hablamos de
buenos o malos entrenadores, y es que, un entrenador con formación y capacitado
puede tener buenos o malos resultados cuando entrena a diferentes sujetos. Y
eso, no depende al cien por
cien del entrenador, ya que las condiciones fisiológicas, mentales y físicas de
cada sujeto son diferentes. Es uno de los principios biológicos del
entrenamiento (J.G. Manso, 2007). Se define como
la carga que estimula la condición del atleta y
depende de la asimilación y evolución de carga del sujeto.
Pensemos por un momento en grandes entrenadores de
figuras de renombre mundial del atletismo y seamos capaces de imaginar que el
mismo entrenamiento que le aplica a ese deportista para un mundial de atletismo
(por ejemplo) nos lo aplica a nosotros mismos para la misma competición. Esa
prueba, al 100% no dará los mismos resultados, y es que en cada persona
intervienen muchas casuísticas y diferencias a todos los niveles.
Este principio nos dice y recalca que la
individualización es fundamental para conseguir un rendimiento deportivo óptimo
ya que el potencial de mejora variará con la persona.
En consonancia con lo anterior, tampoco podemos
pensar que un entrenamiento “de calidad” que hagamos en pretemporada (el cuál
nos ayuda a mejorar en velocidad, por ejemplo) nos ayudará de igual manera a
mitad de temporada, ya que nuestro potencial de mejora habrá variado.
5.- Principio de la Cuotas de Aumento.
Nos
dice que las magnitudes de las cargas necesarias para lograr de manera
progresiva la adaptación del deportista, deben ser crecientes. No es posible
alcanzar aumentos en el rendimiento si no se ejecutan las cargas de
entrenamiento correspondiente a ese nivel.
Y
aquí debemos tener en cuenta parámetros que influyan en el rendimiento y en su
mejora; sin embargo, estos parámetros o condicionantes los estipula el
deportista con su edad, su bagaje deportivo, sus lesiones anteriores,… Es por
ello que una persona con edad avanzada no sea tan explosiva como un joven, o
que una persona que jamás haya jugado a fútbol, pueda realizar ejercicios de
dominio con la misma destreza que otra que lo haya practicado mucho tiempo
antes.
6.- Principio de los
Retornos de Disminución.
Es el principio que nos muestra la realidad del
trabajo del deportista y su desarrollo, de cómo la capacidad de rendimiento de
un sujeto a variado a lo largo de un proceso de trabajo de mediana o larga
duración.
Seguro
que muchos han escuchado la típica frase “llevo dos meses con un entrenador y
mejorado considerablemente”; bien, en cualquier modalidad deportiva, el
progreso es muy veloz y patente al comienzo de la vida deportiva de una
persona, disminuyendo posteriormente la velocidad de mejora de rendimiento. Es
una realidad que no debe “taparse u ocultarse” y que todos los entrenadores
deben dejar clara desde el principio.
Incluso, en algunos períodos deportivos, se
podrá estancar; y eso pasa, incluso, en deportistas de elite con largos años de
formación y competencia. Este fenómeno recibe el nombre de “efecto meseta”. La magnitud decrece
cuando el atleta se acerca a su potencial máximo. Sin embargo el progreso no
avanza en una suave curva ascendente. Tiende a ser un efecto de meseta con una
serie de saltos repentinos, separados por períodos de estancamiento, e incluso
por períodos de retroceso aparente. El atleta tiene que trabajar a través de
estos períodos de no aparente mejora, aguardando el próximo salto. Si todo lo
demás es igual, habitualmente es posible mantener toda la tendencia básica ganada
y pasar de una fuerza a otra cuando aumentan el estado físico y la confianza.
Ganar el ultimo 5% del potencial de rendimiento máximo, por otra parte,
requiere una cantidad casi infinita de tiempo y esfuerzo.
Una fórmula empleada por muchos deportistas para
superar estos períodos de estancamiento es la introducción de mayores períodos
(6 – 12 meses) de regeneración o descanso activo cada 3–5 años de rendimientos
máximos, trabajando durante este tiempo con una intensidad muy inferior,
(Navarro V., 1993). Por ello podemos encontrar grandes deportistas que buscan
“cambios de aire” para mejorar su estado anímico, ya que, si no se controla y
se trabaja bien a nivel psicológico, este fenómeno puede acabar con la vida
deportiva de una persona.
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